viernes, 26 de abril de 2019

EL VALLE DE LAS FLORES PICOTA

"Se nos quedó la propina antes de la Sierra de Gredos"


La Sierra de Gredos esconde pueblos perdidos en los costados y faldas de sus picos nevados. Esconde jabalíes que corren abatidos en la veda del invierno, Iglesias de Musgo y campanarios sordos y oxidados que solo vigilan las cigüeñas. Esconde vida en abuelos que jamás abandonarán sus sitios. Por mucha modernidad que venga. Aunque varios meses al año, queden sepultados de nieve a la lumbre de las chimeneas y a la luz de los candiles. 

Esta España rural que encuentro, no tiene que ver con la otra España que conozco. Muchas decadencia para la supervivencia. Pastores frente a monitores. Desidia frente a necesidad. A menudo me pregunto y recuerdo a Cecilia. Poemas de amor de aquel país que huele a hierba en la que la letra se adapta para callar esperanzas y revoluciones. Acaso aquella transición del ayer, no ha sido la muerte de las esencias para hoy. Mejor volver la mirada y devolver soluciones para la esperanza.

Nos llevamos los mejores recuerdos de la Ávila amurallada, comenzamos la jornada sabatina girando a Gredos. Imponente Sierra de profundos valles y gargantas de arroyos cristalinos. Navalmoral, Navas del rey, Navas de la Cruz, donde descubrimos el pueblo de Iker Casillas, que guarda sus raices y monumento a sus manos de cancerbero. Rasquilla, Parador Nacional de Gredos y sus magnificas vistas de las cumbres nevadas. 

Abajo en el Barco de Avila, encontramos al lazarillo de Tormes, al puente Romano y el castillo amurallado que imitó a la ciudad encantada de Avila a defenderse, con menos suerte, descender por el Valle del Jerte, es un placer para los sentidos. Los cerezos florecidos hacen de este lugar un manto de Nieve con flores. Valdastilla, piornal, Cabezuela, salpicados núcleos de población, llenan de costumbres la vida y el color del Valle de Las picotas, las famosas gindas exportadas a toda Europa a través de kilómetros de cultivo y un centenar de cooperativas, hacen mover una corriente humana del norte de Africa para las cosechas y revivir las exquisiteces de una region. Tornavacas, Hervas, Navaconcejos, decenas de pequeños pueblos esparcidos

Florece el pimentón en Yuste, tienen fama la cerveza e infinidad de alimentos. Melocotones y exquisitas frutas del vergel de Extremadura. Paz en su monasterio donde Carlos I, se retiró y Murió, promotor de aquel imperio, "Donde no se ponía el Sol en España" es una abundante huerta que deleita los mercados y genera actividad económica.

Por fin el sol nos dio una tregua, lució luminoso y con el volvieron a trabajar las abejas, las flores despertaron y nuestras ganas de diversión y paseo se multiplicó. Seguimos adelante, hemos pillado una casita rural en Lozal de Vera, y al fuego de una Barbacoa, compartimos las experiencias de Canarias ibérica, algo más que un paseo por el corazón de España.

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