miércoles, 24 de abril de 2019

PASAJES DE GREDOS


El pasaje de Gredos vuelve a enamorar a la expedición en Navarrevisca, las sencillas cosas de la vida, la charla amena con los lugareños nos enriquece nuestro sentimiento de comunicación más allá de los móviles. 

En estos compases finales de Canarias-ibérica. Se sigue mezclando la cohesión del grupo, con el conocimiento de las motos y los terrenos. Salir de La Vera y su centenar de rincones maravillosos nos dio la dimensión brutal del Vergel del Valle del Jerte y su tremenda producción agrícola. 

Partimos hacia Arenas de San Pedro, y nos gozamos en la parada de su plaza la procesión del domingo de resurrección, un fenómeno de Cristiandad que une a la civilización , comenzamos la remontada por Cuevas del Valle y raskilla, para ganar altura y paisaje en las cumbres de Gredos nuevamente. Día de nubes y claros con tendencia a cerrarse, Sorprende ver la cantidad de puentes medievales y calzadas estilo románico, que descubrimos

En Navarrevisca accedimos al corazón del pueblo y allí conocimos a Fermin. Un señor exquisito con una increíble lucidez, simpático y cercano, que bien pudiera ser el embajador de su pueblo. El nació antes de la guerra en 1928. Donde resaltó, El que no tenía ganado o huerta pasó hambre. Fué autónomo, toda la vida, Ahora recibe una paga de 400€ aunque vendió sus viñas ahorrando. Le paga a una mujer que viene varios días a la semana a su casa a limpiar, pues vive solo, nos cuenta cosas transitorias de su vida de un enorme valor emocional y una tremenda lucidez humana. Compartimos varias horas de risas y entusiasmo en el bar, con una copa de vino y chacinas mientras en la plaza el bullicio de mucha gente, nos delataba las despedidas de las familias que se vuelven a la ciudad. Nos marchamos agradecidos y emocionados por el regalo de su amistad. Vayan con cuidado con las motos, nos decía. yo tuve un burro y se lo que es caerse..

Descendemos el puerto de Mijares, con mucha prudencia el laberinto de curvas estrechas con malecones tallados de piedra antiguo, nos recuerdan las palabras de fermin, aparece de nuevo la lluvia que se intensifica, paramos por el café y la charla en el pueblo. Y de ahí a los valles abiertos y ondulados. A finalizar la jornada. Aldea del fresno y Navalcarnero. Nuestra aventura está llegando a su fin y obliga la memoria y al recuerdo. 

Afortunados de vivir en un país maravilloso, lleno de costumbres, folklore e historia. Un país donde el pueblo es cercano y entrañable donde la comunidad conoce su esencia y mantienen con firmeza sus destinos. Un país para comérselo.. Para descubrirlo lentamente. Pueblo a pueblo. España y sus rincones del Alma, tan cerca y entrañable 


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